jueves, 13 de noviembre de 2014

Es hora de romper con la sociedad de jóvenes de vidas grises


Alguna vez me preguntaron quién era yo… al instante se me vinieron a la mente un sin número de actividades y cualidades que me describían a la perfección. Sin embargo, y como una manera de razonar más sobre mi existencia, me di cuenta que lo que creía que era yo eran puras banalidades. Es ahí en donde recuerdo que Nietzsche decía que nacemos para morir, o en la República de Platón cuando en su mito de la caverna explica que mientras vivimos nacemos alienados de ese mundo ideal de dónde venimos y que al morir volvemos, como el hijo pródigo que vuelve a casa.

Entonces, ¿quién soy yo?, ¿seré un ser condenado a la muerte?, ¿nada más me esperará? En una mera manera existencialista he decido buscar la nueva visión de los jóvenes sobre el mundo y lo que los rodea. Y si bien los resultados no podrán ser los esperados, aún soy de las que creen que el planeta puede ser un lugar mejor.

La doctora Ana María Fernández en la presentación de su libro "Jóvenes de Vidas Grises, Psicoanálisis y Biopolíticas" hace subjetivaciones sobre las tensiones con modalidades existenciales a las que se enfrentan las nuevas generaciones, que accionan en abusos y excesos de diverso orden -violencias, crueldades, trastornos alimentarios, adicciones- configurando situaciones de desborde de lo pasional salido de cauce.

La educación de los padres influye mucho en este tema. El consentimiento excesivo por parte de ellos, hace que se críen jóvenes incapaces de afrontar los problemas de la vida diaria, han intentado cultivar un mundo perfecto que se rompe más fácil que una burbuja de jabón, es ahí en donde nacen las frustraciones, rabias, dolores, que hacen a los adolescentes una generación gris, sin esperanza de un futuro mejor.

Pero ¿cómo no se rompe la burbuja si a cada instante nos enfrentamos a una sociedad que nos quisiera comer vivos? En un país como el nuestro desde que salimos de nuestra casa estamos en constante peligro. Cada día se convierte en una jungla de cemento en donde la supervivencia del más fuerte –o como se dice coloquialmente donde el vivo vive del bobo- es la estrategia clave para llegar salvo a casa. 

Y es que antes no era así, pues como dicen nuestros padres la urbe antes era un lugar más seguro. Los jóvenes tenían más ganas de superarse y salir adelante, de salir a la calle a hacer amigos y jugar a la pelota. Ahora, y gracias a la tecnología, los problemas de la vida diaria se han delegado a simples aparatos, a un perfil de Facebook, a subir una foto en Instagram o a no desconectarse de Whatsapp.

Entonces ¿en qué se convirtió nuestro planeta y su sociedad? Hay quienes aseguran que estamos entrando en un proceso de involución, que nos hemos convirtiendo en una población enajenada por lo que llamamos ciencia y comunicación. Que cada segundo nos venden contenidos baratos y sin sentido, que nos aleja de la realidad para vivir un mundo irreal, en donde los modelos de perfección son puras banalidades.

Es ahí en donde me encuentro yo, en la eterna disyuntiva de dejarme llevar por la corriente, o ser alguien diferente, superando lo establecido y rompiendo con esa sociedad de jóvenes grises, pues al abrir los ojos es imposible no darse cuenta que la vida es algo muy lindo y por lo que vale la pena luchar.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

Una carrera para encontrar el hombre ideal


Hay un dicho popular que dice que “cada tiesto tiene su arepa”. Pero en el camino de la vida, y más aún en el de la juventud, a veces pareciera que el amor cada vez se convierte en una utopía difícil de alcanzar. Es ahí donde nace la pregunta si es un sentimiento, una costumbre o un estilo de vida,  y en el intento de responderla, nuestra vida se convierte en una constante lucha a lo largo del tiempo por intentar encontrar esa media naranja que nos haga sentir completos y amados.

¡Pero esa persona no puede ser cualquiera y más si se es mujer! Desde niñas hemos crecido con estereotipos ideales de hombres perfectos. Basta sólo con ver las películas de Disney para imaginarnos un mundo en donde conocemos a nuestro príncipe azul y ese mismo día nos jura amor eterno para vivir felices por siempre, o las novelas de televisión que muestran que la pobre campesina siempre se queda con el joven más rico, deseado y exitoso. Sin embargo, a pesar de toparnos con la cruda realidad del mundo amoroso, seguimos esperando fielmente que la realidad supere la ficción.

Considero que toda la vida he intentado encontrar a ese hombre ideal que me haga sentir como la cenicienta del amor, pero confieso que en el camino he tenido que besar muchos sapos. Gordos, flacos, bajitos, altos, creídos, tímidos, divinos, no tan lindos y los que más abundan por estos días  “los  perros” -aunque pensándolo bien, no sé cómo se le puede comparar con esos animales que lo único que tienen es fidelidad y lealtad por su amo- Y no es una columna feminista, ni mucho menos resentida, porque a pesar que he tenido la oportunidad de saber que es estar enamorada de un mujeriego, todavía sigo creyendo en el amor, y como muchas, que algún día ese hombre por el que tanto sufrí llegará en el momento menos pensado para decirme que ha cambiado y se ha convertido en esa persona perfecta con la que siempre he soñado.

Bien dice el psicólogo Luis Vanegas que las mujeres suelen idealizar en exceso el concepto del “hombre ideal” y que esta obsesión la puede alejar de la oportunidad de conocer a una persona de carne y hueso con  virtudes y defectos, aciertos y errores. Entonces ¿no será que el hombre perfecto está en el poder aceptar nuestra condición de seres humanos reales?

Para muchas tiene que ser emprendedor y detallista, para otras caballero, sensible y buen amante y están las que los prefieren descomplicados y buen polvo. Pero más allá, el problema radica en creer que un hombre fantástico puede llegar a cambiar nuestra vida. La dependencia a ser aceptado y querido por el otro nos ha llevado a alejarnos de lo verdaderamente importante, amarnos a nosotros mismos y aceptarnos como somos, pues esta búsqueda implacable no es más que intentar encontrar en el otro, lo que a nosotros nos hace falta.

Se debe caer muchas veces en la realidad en donde, así como las mujeres, los hombres son seres que se equivocan, que sienten, pelean y se frustran, así como dejar de creer que sin una pareja sentimental no nos realizaremos personalmente. Un hombre perfecto no asegura el éxito de una relación y el secreto del amor es querernos tanto que no deseemos cambiar al otro y lograr aceptarlo como tal y como es.


Es hora de dejar la carrera por buscar el hombre perfecto, y esto no quiere decir rendirse antes de llegar a la meta, sino entender que la perfección está en tolerar al otro y encontrar en sus debilidades una manera superación mutua. Porque más allá del físico, el hombre ideal es aquel que nos hace sentir en un segundo dos mil revoluciones a nuestro corazón, que nos corta la respiración solo con tenerlo cerca y lo más importante es aquel que nos hace amarnos a nosotras mismas tales y como somos: imperfectas, sensibles y con ganas de encontrar el amor de nuestra vida. 

jueves, 6 de noviembre de 2014

tema columna libre

Lo que las mujeres esperan de los hombres: es una visión de lo que en verdad esperan las mujeres de los hombres, sus actitudes y comportamientos en cuanto a relaciones sentimentales se refiere. Es intentar eliminar el estigma de encontrar el hombre perfecto y encontrar en pequeños detalles el hombre ideal, para así independizarnos del género masculino y ser autosuficientes, querernos por nosotras mismas y poder ser felices estan solteras, con novio, casadas, etc.

Fuentes:

  • Lo que han dicho los psicólogos sobre este tema.
  • Los estudios sobre cómo influye una relación sentimental en la vida de las mujeres. 
  • Autores sobre el autoestima.
  • Otros blogs que describen la vida sentimental y lo que las mujeres quieren. 

jueves, 23 de octubre de 2014

¿Nueva televisión en Colombia? No… ¡a mí que me dejen mis novelas!

El 13 de junio de 1954, se enciende una caja mágica en Colombia que a blanco y negro, y con un discurso del General Rojas Pinilla, partiría la historia de la sociedad en dos. Era algo inimaginable, ¿cómo a través de un pequeño televisor se puede reflejar la ´realidad´ de un pueblo, con altas dosis de entretenimiento? Y así nació la televisión en el país… O quizá, será pertinente decir, ¿el negocio más lucrativo?

Y así en un abrir y cerrar de ojos, o en pasar de un canal a otro, pasaron sesenta años…

Primero fue Producciones Punch, luego Caracol, RCN y RTI los encargados de encender la luz en las pantallas de los pocos colombianos que podían tener acceso a la televisión en el país. Después apareció el canal Teletigre ¿se acuerda? porque yo no, quizá debe haber sido porque fracasó al poco tiempo por poca sostenibilidad económica, y porque ahora es el Canal Institucional.

Sin embargo, después de tanto tiempo de pasar solo dos canales en nuestra pantalla, parece que el contenido es el mismo. En veinte años de ver la televisión colombiana me quedan recuerdos de haber visto los 17 años de Padres e Hijos -con los amores y desamores de Daniela y las frases célebres y la sensatez de Charlie-, las dos o tres repeticiones de Betty la Fea (en la que nos hizo creer que así hayas hecho seis semestres en la San Marino y te tiñes el pelo de rubio, la suerte de la fea siempre la linda la va a desear); Café con Aroma de Mujer, que con Gaviota vino a defender el honor de los cafeteros hoy insultados por la llegada de Starbucks; y el show más versionado y aburrido en toda la historia, El Desafío.

Parece no ser poco seis décadas de la misma pobre interpretación de la realidad colombiana, para que hoy en día sigan ganado el prime time novelas de reencauches mexicanos en donde la pobre  se queda con el amor del más lindo y rico, series en donde el narcotraficante más que un criminal,  termina siendo un héroe de la sociedad, los realities y concursos de talento en donde termina ganando el que da más lástima, y las mañanas con los chistes flojos de Jota Mario. Sin contar que en cuarenta años de Sábados Felices lo único que causa risa son las pintas de la Gorda Fabiola.

Pero es que en verdad no estamos preparados para algo nuevo. A pesar que nuestra realidad ha cambiado, seguimos viendo lo mismo. Nos gusta levantarnos y ver como tres personajes haciendo ridiculeces en un sofá se ganan más que lo que uno se hace al año en un mes, luego un noticiero que más que informar le hace oda a la politiquería en el país. Sin contar que en las tarde preferimos ver las repeticiones de culebrones mexicanos de las tres Marías (María la del Barrio, Marimar y María Mercedes de hace 15 años y sólo hasta las 12 de la noche le damos un espacio a la opinión.

Y no es que no se haya tratado de hacer algo diferente, pues pocos espacios televisivos han intentado educar y generar sentido crítico sobre la verdadera realidad del país. Así como lo afirma Nicolás Rosales realizador de Profesión Hogar del Canal RCN “aunque intentamos hacer contenidos nuevos que le aporten algo a los televidentes, ellos prefieren seguir viendo las mismas novelas de siempre, que ni siquiera son producto colombiano”.


Entonces es ahí en donde nos cabe reflexionar ¿qué les espera a las generaciones futuras criadas con contenidos basura? Si bien nuestra idiosincrasia nos ha enseñado que la televisión, abanderada por RCN y Caracol, nos muestra parte de nuestra cultura es pasar la mayoría de tiempo sentados en frente de un televisor, que más que un libro, tiene toda la verdad sobre nuestra historia; es hora que comencemos a cambiar de mentalidad y exigir mayor calidad en el contenido que vemos. Una televisión más educativa y participativa, en donde el argumento le gane al show. Lastimosamente en Colombia esto parece ser solo una utopía, un sueño de pocos  casi imposible de alcanzar. 

jueves, 16 de octubre de 2014

LA EDUCACIÓN SUPERIOR, LUJO DE POCOS

Bien dijo Nelson Mandela que la educación es el arma más poderosa para cambiar el planeta. Pero parece que en nuestro país ésta es mucho más difícil de conseguir que los proyectiles que acaban con vidas diariamente. Y no es descabellada esta comparación, pues en el intento de conseguir un cupo en una universidad en Colombia, la batalla es a muerte y sólo el más fuerte permanece en el camino, que seguramente será inicio de la construcción de sus sueños.

Y es que ¿quién no sueña con salir del colegio para entrar al mundo universitario?, en verdad la respuesta es inmedible, o es que ¿ya existen métodos para medir los anhelos? Eso no es lo que importa, sino que en nuestro país solo un 35% de los jóvenes pueden acceder a la educación superior, según estudios revelados por el periódico El Espectador, irónicamente es el mismo porcentaje que creció el trabajo infantil en 2011.

Tomado de: Semana.com
Es ahí en donde nos preguntamos ¿en qué momento la educación dejará de ser un lujo, para convertirse en una realidad de millones de colombianos? El gobierno nos ha ilusionado con falsas promesas y cifras que solo quedan en el papel.

Por su parte el presidente Santos, en un intento de darle la importancia que se requiere al Ministerio de Educación, le otorgó 10 mil préstamos condonables (con la única condición de graduarse) para estudios universitarios, a los mejores puntajes en las Pruebas Saber 11 de este semestre. Sin embargo, asombra que departamentos como Amazonas, Guainía, Vaupés y Vichada se quedaron con 5, 3, 4 y 7 cupos respectivamente.

Pareciera un chiste pero no lo es. Sólo 19 cupos de 10.000 disponibles para los cuatro departamentos con mayores índices de pobreza y desigualdad. ¡Que tristeza de país! da lástima que las oportunidades en Colombia se centralicen, y que en el olvido queden subyugadas poblaciones que necesitan atención prioritaria en todos los aspectos.

Mientras tanto el 35 por ciento que por diversas condiciones -meritorias o no- lograron ganarle la batalla a la desigualdad y tener el privilegio de estudiar en un universidad en el país, se preocupan más por salir del paso más que por aprender. Lo que debe preocupar más aún es la clase de educación que están recibiendo estos estudiantes.

Cada vez más, y gracias a la llegada de las nuevas tecnologías (que en vez de facilitar el progreso, han generado un proceso de involución y extinción de la comunicación humana), la calidad de la educación y de los docentes universitarios están siendo cada vez peores, y nuestros profesionales están saliendo a la vida laboral con pensamientos mediocres y pensando más por sus aparatos tecnológicos que por sí mismos.

El reto no es nada fácil. Debemos cambiar de mentalidad, dejar de pensar que la educación es un lujo de pocos, que no debemos exigirle a nuestras instituciones y maestros y que lo más importante es un pedazo de cartón empolvado en una pared de olvido. Más allá estudiar en la universidad es crecimiento personal y un derecho que todos, es hora de luchar por un país mejor -y no es como el que responden las reinas en los concursos- es construir una nación menos desigual y justa para todos. Tenemos el arma para cambiar nuestra historia, es hora de accionarla y matar la mediocridad y el conformismo del país.

martes, 30 de septiembre de 2014

LAS ´CHUZADAS´ VOLVIERON A SALPICAR EL PROCESO DE PAZ

El tema de las chuzadas ya no es algo nuevo para el país. Se convirtió en moda en interceptar teléfonos y dispositivos electrónicos de personas influyentes para sacar provecho de la información que allí se contiene. En los últimos días el jefe de las Negociaciones de Paz en la Habana, Humberto de la Calle, denunció que había sido interceptado 17 veces en su computador personal y correo electrónico.

Por mi parte pienso que esto es una cortina de humo para disolver el atraso del proceso de paz y los atentados de las FARC en los últimos meses en el país. A principios de este año, y en época de elecciones, ya había ocurrido una situación similar, y resultó ser que existía una oficina de la inteligencia nacional (Andrómeda) que interceptaba a periodistas y altos mandos en este tema del proceso de paz, del cual el proceso judicial no ha avanzado mucho.

Me parece que la publicación de los borradores de los acuerdos que se han realizando en la Habana no son más que una acción de miedo por parte del equipo negociador, para que nadie se le adelante en la ´chiva´y pueda manipular esta información.

Como lo afirma De la Calle, estas interpretaciones podrían ser bastantes nocivas para el término del Proceso de Paz en el país, pues le quita transparencia, y podría ser tomada como una excusa por las FARC, para el término de los mismos o nuevos ataques terroristas en el país, como suelen hacerlo.

Además este lamentable episodio muestra la poca seguridad nacional que existe en Colombia y la corrupción e intereses oscuros que azota a todos los sectores del país. Estamos cansados que nuestros gobernantes hagan con la nación lo que se les venga en gana, que todos los procesos estén manchados por corrupción y vandalismo. ¿Cómo se puede hablar de un proceso de paz si ocurren este tipo de cosas en las negociaciones?

La paz no puede ser una firma representada en un papel, que se ha gastado miles de millones en conseguirla, sino debe ser un cambio en nuestra cultura, en la forma de gobernar, y en pensar que "el más vivo, vive del más bobo". La paz debe comenzar en nosotros mismos y en cómo elegimos a nuestros representantes, y en exigir justicia, claridad y transparencia en cada decisión que se tome en el poder.

Por mi parte no me voy a dejar contagiar por esta cortina de humo del equipo negociador y los medios; lo que más debe importar ahora es la discusión más sensible que tiene ahora el Proceso de Paz, el tema de las víctimas en el conflicto armado. Mientras espero que las noticias me sorprendan con los responsables de este hecho, que seguramente será quien menos se espere.

Humberto de la Calle denunció espionaje a su correo personal
Tomado del: El Espectador

lunes, 29 de septiembre de 2014

INTERNET: QUE ME ROBE EL TIEMPO Y NO MI DINERO

Tomado de: elcolombiano.com

Antes sólo nos robaban en la calle, es por eso que deje de salir; pero el crimen ha llegado a tal punto que basta sólo con digitar algunas letras en el computador para caer en trampas que pueden llegar a ser mortales en algunos casos. En verdad me sentía segura en mis cuatro paredes custodiadas por mis sigilosos ojos, que sabía que no me defraudarían como la vigilancia y justicia colombiana. Así, ingenua, pasé horas en frente de la pantalla de mi laptop que me preguntaba desde qué estaba pensado hasta hacerme tener, como dice la canción, un millón de amigos. Pero ¿quién quiere salir a la realidad sabiendo que puede acomodar la suya por Facebook y Twitter?

Según el Congreso Iberoamericano de Redes Sociales, IRedes, de las dos mil millones de personas en el mundo que tienen acceso a internet un poco más de la mitad tienen cuenta Facebook, la mitad de esa cifra tienen un alias en Twitter y cerca de 343 millones de personas se encuentran inscritas en Google +. No siendo esto suficiente, y para llenar la cabeza de más cifras alucinantes, por hora se conectan a la red casi 900 millones de personas, de las cuales salen más de 50 millones de tweets y “Me Gusta” por cada 60 minutos, es decir un promedio de 600 por segundo.

Mientras tanto en Bogotá roban tres celulares por minuto, lo que hace que la tecnología ya no esté al alcance de la mano o de una actualización instantánea de Facebook. Lo que es seguro, es que la víctima al llegar a su casa publicará en sus redes sociales su profundo odio y resentimiento hacia la delincuencia en la ciudad. Así como lo hacen cientos de personas al revelar datos como sus cuentas bancarias, teléfonos, dirección, entre otros, a correos de dudosa remisión.

Nadie se hubiera imaginado que la tecnología estaría al servicio del robo, ya era suficiente con tener a las autoridades y leyes de su lado. El internet ha dejado de sólo robarnos nuestro tiempo para robarnos dinero. Se ha convertido en el blanco perfecto de ladrones y estafadores cibernéticos, que se aprovechan de los más ingenuos que se registran en una red social o responden un email solo por ocio o conectarse con el mundo.

Un estudio realizado por la principal compañía de soluciones inteligentes en seguridad, RSA, sostiene que Colombia es el país en América Latina en el cual se cometen mayores crímenes cibernéticos. Durante el año pasado el 43% de los robos de datos bancarios online del continente tuvieron lugar en Colombia. ¿Pero cómo siendo uno de los países con los índices de educación más bajos del continente, utilizamos nuestra inteligencia para cosas tan malignas como robar por internet? Seguramente si preguntaran cómo hackear una cuenta o estafar a los cibernautas con correos falsos en las Pruebas Pisa, seguramente estaríamos en los primeros puestos y no en los últimos.

En cuanto a los modus operandi son variados dependiendo el robo. Según el funcionario de la firma de seguridad Adalid, Andrés Guzmán, es una modalidad conocida como “pishing” que consiste en rastrear datos en línea con el fin de robar dinero de cuentas bancarias de las víctimas. Por otra parte, y no menos importante se encuentra la extorsión en redes sociales, en donde los delincuentes aprovechan la información que el usuario suministra para amenazarlo y despojarlo de su dinero.

El dicho popular dice que el diablo es puerco, y nuestra cultura nos ha enseñado que la malicia indígena prevalece por encima de todo. Me cansé de vivir en un país sumergido en el crimen, en donde cada uno hala para su lado y no por el bien común. Por mi parte, seguiré encerrada en mí burbuja confiando sólo por mis ojos ya que la justicia colombiana me produce desconfianza, dejando que el internet me robe tiempo, ya que el dinero no ha podido.

jueves, 18 de septiembre de 2014

¡KNOCK OUT! SEÑOR URIBE

Tomado de Semana.com

Después de estar envueltos en tanta mierda política en nuestro país nunca me vi tan interesada en un debate político como ayer. Y es que no trataba de tramas para robar al país, o hacer leyes que beneficiasen a unos pocos y mucho menos era ver dormidos a senadores y congresistas ganando sueldos de lujo. Este era el duelo de los pesos pesados de la ´para‘ política, o perdón quise decir de nuestros honorablísimos senadores Iván Cepada y Álvaro Uribe Vélez -que no tuvo nada que envidiarle a las Súper Luchas de Boxeo de Mayweather contra Maidana el pasado sábado-.

Y es que si esta era la pelea de boxeo más esperada del año, la del Capitolio también lo fue. Con mano firme y corazón grande el expresidente, y ahora senador, Uribe dejó la silla vacía de millones de colombianos que comandados por Cepeda, senador del Polo Democrático, pidieron una explicación sobre los presuntos nexos del líder del Centro Democrático con el paramilitarismo y el narcotráfico.

A diferencia del boxeo (que puede llegar máximo a 36 minutos), el debate duro más de diez horas en donde golpe a golpe se acusó al expresidente de haber tenido relaciones con el paramilitarismos y narcotráfico, primero como Gobernador de Antioquia y luego como presidente de la república.  

El primer round llegó como un golpe seco a la cara del exmandatario. El legislador del Polo habló de las licencias que la Aeronáutica Civil le otorgó a narcotraficantes durante el gobierno de Uribe, que según el artículo 1783 del código de Comercio en donde “todas las actividades de aeronáutica civil, las cuales quedan sometidas a la inspección, vigilancia y reglamentación del Gobierno”.

Y así como si no hubiera podido recuperarse, en el segundo asalto sacó los trapitos al sol sobre los contactos con el exparamilitar Salvatore Mancuso, uno de los creadores de las Autodefensas Unidas y responsable de más de cien crímenes entre masacres, homicidios y narcotráfico, y quien actualmente se encuentra preso en una cárcel de Virgina, Estados Unidos. Del apoyo financiero de Enilse López, alias ´La Gata´, y por si fuera poco de las siete investigaciones que tiene en la Fiscalía y las 84 denuncias de la Comisión de Acusación, que como raro quedaron en veremos.

Alvarito –como lo llamamos de cariño- parecía no recuperarse, pero el knock out definitivamente se dio cuando Ivancito salió con las perlas que tanto amamos en nuestra política colombiana afirmó que el senador del Centro Democrático estuvo vinculado con la junta directiva de una empresa perteneciente a Luis Carlos Molina, condenado por el magnicidio del entonces director del periódico El Espectador, Guillermo Cano.  

Así como lo afirma El Tiempo, y como un vago intento por no caerse al último minuto de la pelea, Uribe replicó “Yo no fui amigo de Luis Carlos Molina ni hice negocios con él (…) Hay que dejar las suspicacias sobre una eventual participación mía en el asesinato de Guillermo Cano. Llamemos las cosas por su nombre; tienen que respetar; yo he sido un hombre frentero y de combate”, gritó, “no empiecen las investigaciones a medias”.

¿Respeto? Señor Uribe ¿se osa usted de hablar de respeto cuando dejó un debate a medias sin responder a ninguna de las acusaciones que no sólo Cepeda, sino que varios colombianos le han impugnado y que gracias a sus influencias se han quedado a medias? Respeto deberíamos pedir nosotros los ciudadanos cansados de una politiquería llena de corrupción e injusticia. En donde con la excusa de tener la mano firme se han cometido un sin número de atropellos contra una sociedad invisible para sus gobernantes.

Así como el knock out que recibió Uribe ayer en el debate que dejó atónita a la opinión pública, en el país lo reciben diariamente las miles de personas que por culpa de ratas de cuello blanco como Alvarito lloran crímenes del narcotráfico y paramilitarismo en medio de un supuesto proceso de paz. Ya entiendo por qué en Estados Unidos el boxeo es el deporte mejor pagado y Floyd Mayweather el boxeador más rico del mundo. Porque así cómo en nuestro país, mientras muchos no tienen con qué comer estas ratas de alcantarillas, que deberían estar en la cárcel y no en las páginas de sociales de las revistas, se vuelven ricos a punta de delitos y corrupción.


Lo más triste del asunto es que hoy seguramente una noticia más importante servirá como cortina de humo de este hecho y el Centro Democrático y su líder seguirán siendo ´El Gran Colombiano´. 

martes, 9 de septiembre de 2014

BLOGS PERIODISTAS UNIVERSIDAD SERGIO ARBOLEDA 2014

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LA NOVELA DE PETRO: ´ENTRE AMORES Y ODIOS´

En Colombia somos altos consumidores de novelas y dramatizados de la televisión. A pesar de esto, parece no ser suficiente que estos programas ocupen gran parte de la televisión nacional, para vivir los verdaderos ´culebrones´ fuera de las pantallas. Si es escribiera una novela de la administración del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, seguramente el nombre más apropiado sería ´Entre amores y odios´, ganando altos puntos en rating nacional en el horario Prime Time.  

Nada comenzó bien. Fue elegido tan sólo con cerca de 720.000 votos, de los más de 3 millones posibles. Lo que hizo que el mandatario de izquierda comenzara con gran parte de oposición en su bancada (hasta de su propia ideología. Después de abandonar el barco del Polo Democrático al ver cómo se hundía con el escándalo del Carrusel de la Contratación, por su antecesor Samuel Moreno).

Como buen politiquero se aprovechó de los más pobres haciendo promesas como: agua gratis para todos, más jardines infantiles para los más pobres y verdadera inclusión de los recicladores con el programa Basura Cero de la capital. Sin embargo, y como en buena novela colombiana, una  serie de eventos desafortunados han hecho que el protagonista de nuestra historia encuentre mil y una peripecias para no llegar a su tan anhelado final feliz.

Y como si fuera poco, cuando pensamos que el villano de nuestra historia -o en otras palabras,  nuestro ilustrísimo procurador “San” Alejandro Ordoñez- el pasado 9 mayo se saldría con la suya destituyendo e inhabilitando del cargo al burgomaestre, con argumentaos tales como: implementar un modelo de aseo por fuera de la ley, entregar licitación para la recolección de basuras sin garantías, asignarle la prestación del servicio de aseo a dos entidades sin ninguna experiencia, recurrir en improvisación y poner en peligro la salud pública de los bogotanos, entre otros; nuestra María la del Barrio bogotana, ¡o perdón! nuestro alcalde, llora, patalea y pelea con uñas y dientes, hasta que vuelve al poder.

Si bien nos gusta que el protagonista siempre tenga un final feliz, los capitalinos ya no saben si Petro es la Betty la Fea, o la Patricia Fernández (más conocida como la Peliteñida) de la administración distrital. Por mi parte se asemeja más a la despampanante rubia, que como a Petro, sólo le faltaron seis semestres para graduarse de la San Marino.
Bogotá está cansada de una administración izquierdista que en diez años no ha hecho nada más que acabar con los cimientos que Antanas Mockus y Enrique Peñalosa habían construido a principios de siglo.

Lo cierto en este caso es que este culebrón, digno de ser titular en las noticias de nuestra farsándula criolla, aún no tiene fin y que entre chiste y chanza entre tanta defensa y pelea de quién tiene más poder entre el Procurador y el protagonista de nuestra historia, por Bogotá se ha hecho poco. Las calles están destruidas, la movilidad se parece un poco más al camino tortuoso hacia el infiero, la seguridad es un periódico de ayer, y estamos llenos de mierda hasta el cuello con las basuras.


Pero tranquilo, porque así como dice mi sabio abuelo “aquí de todo el mundo se raja, pero a nadie se le sostiene”, y de este novelón nos quedan los premios –y no precisamente los Tv y Novelas- sino el Premio de liderazgo climático y ciudad, ETB premio Acceture por innovación, Premio de  Mejores Prácticas Globales en Restauración Ecológica, Premio cultura sostenible concedido por el Foro Global de Asentamientos Urbanos y apoyado por la UNEP, premio por la  Revitalización del Centro Histórico,  Premio Colombiano de Sostenibilidad Urbana y muchos más.
Tomada de la url: http://www.kienyke.com/wp-content/uploads/2013/12/1455013_10151829295867304_1969489924_n.jpg

jueves, 4 de septiembre de 2014

TENEMOS SED DE REVANCHA

Laura Camila Rosales Gómez

No sé qué me emociona más. Si el hecho de que después de dos meses vaya a volver a ver jugar a la Selección Colombia, si se va a ir el sinsabor de una eliminación injusta del mundial de fútbol de Brasil 2014, si era gol de Yepes o el regreso de Falcao García a las chanchas con la camiseta tricolor. Solo sé que en menos de 36 horas comenzará una revancha digna de ser contada en la Ilíada de Homero.

La expectativa es alta, pues 23 héroes vestidos de amarillo, azul y rojo corriendo detrás de un balón en los imponentes estadios brasileros, comandados por ´Don José´ y su tropa; dejaron en lo más alto el nombre del fútbol colombiano, que después de 16 años regresó con una entrada triunfal. Pero en medio de tanta alegría, expectativa y regocijo ¿será que Colombia dará la talla este viernes en el amistoso contra la Selección de Brasil?

Los colombianos hemos idolatrado al director técnico José Néstor Pekerman (quien ayer cumplió 65 años) y a cracks como James Rodríguez, poniéndolos por encima de figuras ´tan importantes´ como nuestro ilustrísimo presidente. Un amor desmedido y una nueva afición creciente auguran convertir la pasión del fútbol colombiano a una religión tan grande como la Maradoniana.

A pesar de tener poca objetividad en el asunto y considerarme hoy en día, y después de tantas glorias, una Hincha Inseparable¸ no sé si el país esté preparado para perder el gran desquite que nos sacó del mundial, pero que no nos quitó la ilusión. Pues ha quedado demostrado que celebrar no sabemos y que así como nos lo enseñó el gran filósofo ´Pacho´ Maturana “perder es ganar un poco”; entonces si nos ganan igual celebramos e igual la cagamos.

Los bogotanos estamos esperando con ansias locas que nuestro competentísimo alcalde ponga una ley seca, o un toque de queda, para que así como en la fiesta del fútbol tan esperado por cinco lustros y un año, se convierta en una parranda clandestina en donde como dice Santos “esta tal ley seca no existe”.

Por mi parte llueva, truene o relampaguee; desempolvaré mi bocina, camiseta y bandera para salir a las calles y ver saciar mi sed de revancha, que como la mayoría de los colombianos, espera que la tricolor comandada por el mejor ´10´ del mundo actualmente y con el regreso de un tigre que espera después de seis meses rugir, haga valer su cuarto puesto en el ranking de la Clasificación Mundial FIFA y le demuestre a Dunga, Neymar y el resto de su banda que en Colombia también se habla brasileirinho y que tenemos buen fútbol para rato.