jueves, 16 de octubre de 2014

LA EDUCACIÓN SUPERIOR, LUJO DE POCOS

Bien dijo Nelson Mandela que la educación es el arma más poderosa para cambiar el planeta. Pero parece que en nuestro país ésta es mucho más difícil de conseguir que los proyectiles que acaban con vidas diariamente. Y no es descabellada esta comparación, pues en el intento de conseguir un cupo en una universidad en Colombia, la batalla es a muerte y sólo el más fuerte permanece en el camino, que seguramente será inicio de la construcción de sus sueños.

Y es que ¿quién no sueña con salir del colegio para entrar al mundo universitario?, en verdad la respuesta es inmedible, o es que ¿ya existen métodos para medir los anhelos? Eso no es lo que importa, sino que en nuestro país solo un 35% de los jóvenes pueden acceder a la educación superior, según estudios revelados por el periódico El Espectador, irónicamente es el mismo porcentaje que creció el trabajo infantil en 2011.

Tomado de: Semana.com
Es ahí en donde nos preguntamos ¿en qué momento la educación dejará de ser un lujo, para convertirse en una realidad de millones de colombianos? El gobierno nos ha ilusionado con falsas promesas y cifras que solo quedan en el papel.

Por su parte el presidente Santos, en un intento de darle la importancia que se requiere al Ministerio de Educación, le otorgó 10 mil préstamos condonables (con la única condición de graduarse) para estudios universitarios, a los mejores puntajes en las Pruebas Saber 11 de este semestre. Sin embargo, asombra que departamentos como Amazonas, Guainía, Vaupés y Vichada se quedaron con 5, 3, 4 y 7 cupos respectivamente.

Pareciera un chiste pero no lo es. Sólo 19 cupos de 10.000 disponibles para los cuatro departamentos con mayores índices de pobreza y desigualdad. ¡Que tristeza de país! da lástima que las oportunidades en Colombia se centralicen, y que en el olvido queden subyugadas poblaciones que necesitan atención prioritaria en todos los aspectos.

Mientras tanto el 35 por ciento que por diversas condiciones -meritorias o no- lograron ganarle la batalla a la desigualdad y tener el privilegio de estudiar en un universidad en el país, se preocupan más por salir del paso más que por aprender. Lo que debe preocupar más aún es la clase de educación que están recibiendo estos estudiantes.

Cada vez más, y gracias a la llegada de las nuevas tecnologías (que en vez de facilitar el progreso, han generado un proceso de involución y extinción de la comunicación humana), la calidad de la educación y de los docentes universitarios están siendo cada vez peores, y nuestros profesionales están saliendo a la vida laboral con pensamientos mediocres y pensando más por sus aparatos tecnológicos que por sí mismos.

El reto no es nada fácil. Debemos cambiar de mentalidad, dejar de pensar que la educación es un lujo de pocos, que no debemos exigirle a nuestras instituciones y maestros y que lo más importante es un pedazo de cartón empolvado en una pared de olvido. Más allá estudiar en la universidad es crecimiento personal y un derecho que todos, es hora de luchar por un país mejor -y no es como el que responden las reinas en los concursos- es construir una nación menos desigual y justa para todos. Tenemos el arma para cambiar nuestra historia, es hora de accionarla y matar la mediocridad y el conformismo del país.

1 comentario:

  1. Es una columna rica en datos que le permiten al lector tener claro que tanto es el alcance de la educación en la población colombiana. Es enganchadora desde el principio y permite una lectura fluida.

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